KO KE MO MO

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jueves, 19 de mayo de 2011

Iniciativa propia / proyecto personal


kokemomo´s workshop today:
Hola a todos,
If you want to know more about this work and you can´t speak spanish please contact me by mail.

Esta es la primera ilustración de una serie, las ilustraciones muestran caracteres, personajes de cuentos clásicos universales que la gran mayoría conocemos, y que han sido traducidos a muchos idiomas.
Las versiones más conocidas de estos cuentos suelen ser adaptaciones de los originales, estas nuevas versiones en muchas ocasiones suelen sufrir transformaciones edulcoradas.
Desde mi punto de vista más sarcástico y negativista he querido ver el lado "menos bueno" de esos príncipes y princesas a los que niños de una y varias generaciones enteras imaginaban dulces y nobles.

Esta primera ilustración nos muestra a la protagonista del cuento "la princesa y el guisante" de Andersen que narra la historia de una princesa que consigue casarse con su príncipe gracias a su sobrenatural sensibilidad cutánea capaz de distinguir un pequeño guisante probablemente congelado bajo los cuarenta y siete colchones de época sobre los que dormía. Demostrando así que era una autentica princesa de bandai además de una cursi prepotente de mucho cuidado.

espero poder expresar mejor mi intención en los consecutivos post.

La princesa del guisante
[Cuento infantil. Texto completo]
Hans Christian Andersen

Érase una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero que fuese una princesa de verdad. En su busca recorrió todo el mundo, mas siempre había algún pero. Princesas había muchas, mas nunca lograba asegurarse de que lo fueran de veras; cada vez encontraba algo que le parecía sospechoso. Así regresó a su casa muy triste, pues estaba empeñado en encontrar a una princesa auténtica.
Una tarde estalló una terrible tempestad; se sucedían sin interrupción los rayos y los truenos, y llovía a cántaros; era un tiempo espantoso. En éstas llamaron a la puerta de la ciudad, y el anciano Rey acudió a abrir.

Una princesa estaba en la puerta; pero ¡santo Dios, cómo la habían puesto la lluvia y el mal tiempo! El agua le chorreaba por el cabello y los vestidos, se le metía por las cañas de los zapatos y le salía por los tacones; pero ella afirmaba que era una princesa verdadera.

"Pronto lo sabremos", pensó la vieja Reina, y, sin decir palabra, se fue al dormitorio, levantó la cama y puso un guisante sobre la tela metálica; luego amontonó encima veinte colchones, y encima de éstos, otros tantos edredones.

En esta cama debía dormir la princesa.

Por la mañana le preguntaron qué tal había descansado.

-¡Oh, muy mal! -exclamó-. No he pegado un ojo en toda la noche. ¡Sabe Dios lo que habría en la cama! ¡Era algo tan duro, que tengo el cuerpo lleno de cardenales! ¡Horrible!.

Entonces vieron que era una princesa de verdad, puesto que, a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones, había sentido el guisante. Nadie, sino una verdadera princesa, podía ser tan sensible.

El príncipe la tomó por esposa, pues se había convencido de que se casaba con una princesa hecha y derecha; y el guisante pasó al museo, donde puede verse todavía, si nadie se lo ha llevado.

Esto sí que es una historia, ¿verdad?

FIN
un saludo a todos.

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